sábado, 30 de enero de 2010

LA BIBLIOTECA RECOMIENDA LA LECTURA DE



En el mes de febrero el Equipo de la Biblioteca recomienda la lectura de una escritora canadiense :




MARGARET ATWOOD




Poeta y novelista canadiense. Nacida en Ottawa, estudió en las universidades de Toronto, el Radcliffe College y de Harvard. Escribe desde muy joven, y empieza a publicar poemas cuando tenía 19 años. Su primer libro de poesía, Double Persephone, apareció en 1961. Continuó escribiendo mientras enseñaba literatura inglesa en diversas universidades canadienses (1964-1972) y como lectora en la Universidad de Toronto (1972-1973). Obtuvo reconocimiento internacional con la publicación de The Edible Woman (1969), a la que siguieron muchas otras, como Resurgir (1972), Lady Oracle (1976), Life Before Man (1979), Ojo de gato (1989), y The Robber Bride (1993). Aunque algunas de sus obras han sido calificadas de feministas por parte de la crítica, Atwood señala que ella empezó a ocuparse de asuntos como la llegada a la madurez de las mujeres a los 50 años y de los cambios de los papeles de los sexos antes de que estos temas fueran popularizados por los movimientos de liberación de la mujer. La respuesta crítica a los libros de poemas de Atwood fue favorable, en especial con Power Politics (1971) y You Are Happy (1974). The Circle Game (1966) ganó el Premio del Gobernador General de Canadá en el apartado de poesía, como ocurrió en el apartado de narrativa con El cuento de la criada (1986). Una colección de sus relatos, Wilderness Tips, se publicó en 1991. El conjunto de su obra fue premiado con el Premio internacional del Welsh Arts Council's (1982). En el año 2008 recibió el Premio Príncipe de Asturias




Fragmento de El cuento de la criada:


" En el estado de Gilead las criadas forman un estrato social pensado para conservar la especie. Las mujeres fértiles que integran esta clase, y que destacan por el hábito rojo con que se cubren hasta las manos, desempeñan una función esencial: dar a luz a los futuros ciudadanos de Gilead. Sin embargo, en un mundo antiutópico asolado por las guerras nucleares, gobernado por un código extremadamente severo y puritano, que castiga con la pena de muerte a quien se aparta del sistema y en el cual la mayoría de la población es estéril, engendrar no resulta fácil. Existe siempre el temor al fracaso y la amenaza de la confinación en la isla de seres inservibles más allá de las alambradas que rodean la ciudad y del alto muro donde cuelgan, para que sirva de ejemplo, los cadáveres de los disidentes. "

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